Apoyado en sus puños y pies, Nicolás se encorvó como un gorila delante de Catalina, dándole la espalda. Ella pasó sus brazos alrededor del cuello de él y se colgó. Como un solo animal, caminaron por metros hasta llegar a la habitación. Nicolás se sentó en el borde de la camilla y se colgó de un arco metálico que caía del techo. Catalina se colgó de sus brazos y pujó.
Leer más